El famoso sucederse de formas de estado Aristocracia–Oligarquía–Democracia–Tiranía, en la República de Platón, no deja de ser un elemento de reflexión útil en el momento en que vivimos.
De los hombres capaces de dirigir un estado en el mundo actual, Platón tal vez solo habría aprobado a Múgica por un lado –como artistócrata filósofo–, y a Xi Jinping por otro –como Tirano capaz–. Todo lo demás sería irrelevante.
Aristoracia. “Gobierno de los mejores”. Formados en el intelecto y en todos los aspectos del conocimiento y de la filosofía para ser excelentes gobernantes, gobernados por la virtud y, por lo tanto, incorruptibles.
Oligarquía: Hijos de los aristócratas acostumbrados a la riqueza personal y celosos de la contención del gasto público. Obsesionados por la riqueza, ahondarían en las diferencias entre ricos y pobres y olvidan la virtud necesaria para el buen gobierno.
Esta Oligarquía de los ricos tiene su debilidad en la riqueza que defienden, pues como alimentan la diferencia entre ricos y pobres, exacerban la paciencia de los pobres que quieren igualdad.
Las Oligarquías están destinadas a colapsar ante una revolución del Pueblo que, ávido de igualdad, tomará el control e implantará un sistema democrático.
Democracia: la debilidad de la Democracia estaría precisamente en sus libertades, pues se centraría en el desarrollo de éstas hasta el punto en que, de tantas libertades diferentes, nacerá el deseo social de coartarlas, creando la ilusión del tirano. ¿Nos estaremos “pasando ya de libertades”? Para muchos parece que sí. Igualdad de la mujer, matrimonio homosexual, derechos LGTBIQ+, cambios de sexo, derechos de las minorías, derechos culturales, derechos emergentes, derechos, derechos, derechos…. ¿Pero esto qué es? Pues eso…
En la debilidad de la Democracia se cultivan los demagogos estafadores que, recogiendo los miedos de la sociedad democrática, prometen las soluciones a todos los males y se postulan como figuras protectoras y salvadoras. De ganar el apoyo del pueblo, se instauran como tiranos exigiendo poderes plenos para su labor de redención del país. (Putin, Lukashenko, Xi Jinping, Alí Jamenei, Kim Jong-un… Mismos patrones). En muchos de estos casos ni siquiera ha hecho falta un desarrollo pleno de las libertades, sino que el miedo a las mismas ha llegado antes aún de que se protegieran e implantaran debidamente.
Y ahora llega la Naranja Mecánica (basta leer su decálogo de Milwaukee).
Ahora bien, estas Democracias gobernadas por un Tirano tienen su propia espada de Damocles, y cada quien la sortea como puede.
Kim Jong-un impone crueldad sin límites y su juego del sótano secreto;
Lukashenko juega a perro faldero de Putin; Putin juega a estratega mundial que libera a los pueblos del dominio occidental con mano de hierro (no le importa detener viejecitas ni niñas que reparten flores); Jinping juega al período interregnos ante la llegada de la luz y a la necesidad de desarrollar plenamente la economía del país; Alí Jamenei juega a la imposición del modelo machista de los empollones del falso Corán –del que sacan machismo y misoginia– ayudado por un pequeño ejército de fieles policías –eso siempre ayuda a dios–…
Y ahora llegan los villanos de veras, los que van a subvertir las democracias americanas –y europeas– desde dentro.
El caso de Musk-Trump es un caso único. Musk llega con su monstruosa fortuna para, simplemente, comprar la democracia americana y metérsela en el bolsillo, como quien se compra un paquete de kleenex.
Cuatro mensajes y cambia el resultado de las elecciones en EEUU; cuatro más, y las cambia en Alemania; y así. ¿Cómo nos protegemos de esto? ¿Qué hay que cambiar?
Este control desde las tiranías disfrazadas de democracia no aparecía en Platón. El mundo se ha hecho muy grande, y la dimensión del control gigante no era imaginable hace 2.400 años.
Durante el SXX el nacionalsocialismo fue derrotado por las armas, el comunismo ruso entró en concurso de acreedores, y parece que en el siglo XXI tendremos que hacer frente al final de las democracias a merced de los estafadores (¿Legitima a un estafador la estupidez de los votantes?).
La irrupción de Smarty en la campaña americana, tan al final del proceso, tan cerca de las elecciones, no ha permitido enfrentarse a la complejidad del problema.
Peo no cabe duda de que con un multimillonario que controla X (y que controla el espacio), y con Facebook de rodillas -como acaban de demostrar las declaraciones del asustadizo Mark Zuckerberg-, la Democracia americana va a necesitar salir del embrollo masivo en que se ha metido. Y Europa la va a seguir de cerca. Sin duda.
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