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El 22 de noviembre sucede algo de una importancia capital: Augusto presenta en sociedad a los Oreshnik. Se trata de la respuesta a la autorización del uso de misiles de largo alcance contra territorio ruso desde Ucrania.
Durante la larga explicación del poder destructivo de Rusia que se resume en: tenemos diez veces más misiles que vosotros, y además tenemos a los Oreshnik, que son superflipantes, nuevos, únicos en el mundo, y tienen un poder letal parejo a las bombas nucleares con la increíble ventaja de que no son radiactivos. Olé.
Bien, pues en esta explicación maravillosa sobre los misiles que tiene Rusia, sorprende el escenario… Una enorme mesa redonda hueca. Se trata de la representación de un cráter en cuyo centro se ha dispuesto, a modo de inicio de explosión nuclear -o no nuclear- una semiesfera de flores. Supercuqui.
Augusto nos habla de sus relucientes misiles de destrucción supermasiva ante un cráter con un humo incipiente hecho de flores… todo ello mientras habla de sus preciosos Oreshnik… ¡Qué puesta en escena! ¡Qué diabólico decorado!
En los últimos días se ha hecho célebre su uso de los perros intimidatorios en reuniones con Merkel, consciente de que a ella le daban miedo los perros desde pequeña. El psicópata Augusto, tan atento a las escenografías como a los contenidos, nos regala lecciones magistrales sobre las metáforas de la escena. “Chicos de occidente, mirad que bellos cráteres os tengo preparados… Vais a flipar.”
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