Surf sobre ondas expansivas
Vivimos un tiempo de terror. Muchos optan por no pensar en ello, o por no escuchar las noticias. Es normal, ya que resultan insoportables. Yo no puedo evitar seguir con atención diaria (con toda la atención con que se puede seguir desde lejos y desde la poca información que recibimos) el espantoso sucederse de amenazas crecientes que parecen no dejar ningún margen de duda a que vamos a llegar a las manos. Como no puedo hablar con nadie de ello –sería de mal gusto– me pongo a escribir notas de lo que acontece. Con libertad, la poca que nos queda. He descubierto que me tranquiliza… Curioso que no sea de buena educación hablar de lo que pasa… Curioso que preguntes a gente joven y muy pocos están familiarizados con los Oreshnik, pocos saben qué es la nueva doctrina asimétrica rusa, y poquísimos se preocupan de hasta qué punto es peligroso un psicópata expulsado de un club y con armamento en casa. Benditos sean.