Ya lo ha hecho. Es evidente que China ocupará Taiwán durante 2025.
El autócrata Trump -otrora enemigo acérrimo de todo lo chino-, ha comprendido que, entre autócratas, los intereses comunes unen más que separan.
¿No quiero ocupar yo Groenlandia sea como sea? Pues que ocupe él Taiwán. Al fin y al cabo, nosotros en América nos pondremos a hacer los chips de mejor tecnología mundial y se acabó. ¿A quien le interesan los acuerdos internacionales cuando son una complicación para los negocios? ¿A quién le interesan las vidas de estos millones de chinos que se han implicado en la democracia taiwanesa? ¿A quién le interesan los acuerdos internacionales de protección mutua con Japón, Australia, Nueva Zelanda?...
¡Qué majaderos! ¡Cómo si la democracia sirviera para algo!
Trump, en vísperas de su gran puesta en escena en el Capitolio, poco antes de demostrar al mundo que la democracia y los valores de la sociedad occidental no le interesan lo más mínimo, ya muestra claros síntomas de sintonía con los autócratas del mundo.
Para aquellos que piensan que esto es bueno porque no habrá guerras y habrá más negocios y este tipo de cosas… sólo decir que el hecho de que un grupo de autócratas controlen el mundo nos llevará a un mundo de dominio absoluto de la clase dirigente que tendrá además el monopolio de la tecnología y, por lo tanto, del control absoluto de los ciudadanos.
Matrix se quedará corto.
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